Lecciones de la Gran Depresión: un viaje por la mayor crisis económica del siglo XX
La Gran Depresión de los años treinta es un episodio que marcó a fuego la economía global y la historia moderna. Desde el Crack de Wall Street en 1929 hasta las profundas secuelas en la década siguiente, este período nos ofrece lecciones invaluables sobre las consecuencias de las políticas erróneas, la fragilidad de los mercados y la importancia de una gobernanza económica adecuada. A través de un análisis de los eventos clave y las decisiones tomadas, podemos entender cómo una crisis de tal magnitud moldeó el mundo en el que vivimos.
El crack de 1929: el catalizador de la tormenta
El 24 de octubre de 1929, conocido como el «Jueves Negro«, marcó el inicio de una caída bursátil sin precedentes. El índice Dow Jones cayó un 11% en un solo día, y el «Martes Negro» de esa misma semana profundizó el desplome. Como señala Nige Tassell en El crack del 29: cómo ocurrió la peor crisis en la historia de Wall Street, la especulación desenfrenada y el crédito fácil crearon una burbuja que no pudo sostenerse. Los inversores, sobreendeudados, comenzaron a vender desesperadamente, provocando un efecto dominó.
La magnitud de la crisis fue abrumadora: entre 1929 y 1932, el valor de las acciones en Estados Unidos se redujo en un 89%, y la tasa de desempleo alcanzó el 25%. La quiebra de bancos y empresas se convirtió en un fenómeno diario, sumiendo a millones en la pobreza.
La política económica de Hoover: un remedio que agravó la enfermedad
Herbert Hoover, presidente de los Estados Unidos en aquel momento, adoptó medidas que, aunque bien intencionadas, intensificaron la contracción económica. Una de sus decisiones más controvertidas fue mantener altos los dividendos mientras permitía que las ganancias no distribuidas de las empresas cayeran en picada, pasando de $2.8 mil millones en 1929 a −$2.6 mil millones en 1930. Como destaca Gene Smiley en su artículo sobre la Gran Depresión, esta estrategia deterioró los portafolios de los bancos, provocando una ola de quiebras bancarias.
Para 1932, Hoover impulsó un aumento masivo de impuestos, elevando la tasa marginal superior al 63%. Esto, lejos de reactivar la economía, redujo el ingreso disponible de los hogares y hundió aún más la demanda. En palabras de Smiley, «sabemos ahora que un aumento tan grande de impuestos no promueve la recuperación durante una contracción«.
El New Deal de Roosevelt: ¿un salvavidas o un lastre?
Con la elección de Franklin D. Roosevelt en 1932, Estados Unidos adoptó un enfoque intervencionista a través del New Deal. Las políticas como la Agricultural Adjustment Act (AAA) y la National Recovery Administration (NRA) buscaban reducir la producción y elevar los precios, un enfoque que, según varios economistas, exacerbó la crisis. La AAA, por ejemplo, ordenó destruir cultivos y sacrificar ganado para limitar la oferta, generando un impacto devastador en los agricultores, especialmente los más pobres.
Por su parte, la NRA intentó cartelizar la industria estadounidense, imponiendo códigos de producción y regulando precios. Sin embargo, como señala Smiley, «la recuperación que parecía prometedora en el verano de 1933 se detuvo casi por completo«. La Corte Suprema declaró inconstitucionales ambas leyes en 1935 y 1936, lo que permitió a la industria comenzar a recuperarse.
«La Gran Depresión no solo es un recordatorio de los riesgos inherentes a los mercados financieros, sino también de las consecuencias de políticas mal diseñadas.»
Regímenes de incertidumbre y una recuperación tambaleante
Uno de los conceptos clave para entender la lenta recuperación es el de «incertidumbre del régimen», acuñado por el historiador económico Robert Higgs. Las políticas inconsistentes del New Deal y las regulaciones impredecibles minaron la confianza empresarial. Encuestas de la época muestran que más del 50% de los empresarios creían que las acciones de la administración de Roosevelt estaban retrasando la recuperación.
Las decisiones de la Reserva Federal también jugaron un papel crucial. En un intento por evitar la inflación, el banco central duplicó los requerimientos de reserva bancaria entre 1936 y 1937. Esto redujo drásticamente los préstamos, causando un nuevo retroceso económico.
La Segunda Guerra Mundial: ¿un punto de inflexión real?
Se suele argumentar que la Segunda Guerra Mundial sacó a Estados Unidos de la Gran Depresión. Sin embargo, como apunta Smiley, la reducción del desempleo durante la guerra se debió principalmente al reclutamiento masivo, no a una recuperación económica sostenible. El consumo real de los ciudadanos disminuyó debido a racionamientos y controles de precios. La verdadera recuperación llegó después de la guerra, cuando el mercado volvió a operar con mayor libertad y los ciudadanos pudieron acceder nuevamente a bienes de consumo.
«Hoy, los sistemas financieros son más robustos, pero la historia de la Gran Depresión sigue siendo una advertencia fundamental para evitar que la crisis se repita.»
Lecciones para el futuro
La Gran Depresión no solo es un recordatorio de los riesgos inherentes a los mercados financieros, sino también de las consecuencias de políticas mal diseñadas. Desde la especulación bursátil hasta la intervención gubernamental excesiva, este período demuestra que el equilibrio entre regulación e innovación es esencial para evitar colapsos económicos.
Hoy, los sistemas financieros son más robustos y la Reserva Federal tiene herramientas más sofisticadas. Sin embargo, la historia de la Gran Depresión sigue siendo una advertencia para políticos, economistas y ciudadanos: la confianza en el sistema, la claridad en las políticas y una respuesta rápida y coordinada son fundamentales para evitar que la historia se repita.