Fizuras / Renata Eguino.- ¿Qué es liberalismo?
Antonio Saravia.- El liberalismo es esencialmente un sistema filosófico, económico y político que tiene al individuo en el centro de los esfuerzos. El liberalismo plantea que cada individuo tenga su proyecto de vida, y sea responsable del mismo. Entonces todas las acciones que tomemos en una sociedad deberían tener como destino el individuo. El individuo decide su proyecto de vida, tiene la responsabilidad y el derecho de determinar qué hacer con su cuerpo, sus acciones y su propiedad privada. Eso es el liberalismo.
El liberalismo también tiene una implicancia económica; si el individuo va a hacer su propio proyecto de vida, necesitamos que en el ámbito económico se desarrollen mercados, porque los mercados hacen que los individuos interactúen entre sí, tratando de mejorar su proyecto de vida. El liberalismo como ente filosófico determina una economía de libre mercado, en la que el estado se reduce a su mínima expresión. Eso es lo que planteo y lo que venimos planteando con un grupo de gente en Bolivia. Pensamos que el liberalismo es el sistema económico y político que necesitamos para florecer como seres humanos, lo cual implica salir del subdesarrollo, sacar a la gente de la pobreza, etc. Así que el liberalismo le devuelve al individuo el derecho a decidir su propio proyecto de vida, minimizando al colectivo que en una sociedad se representa en el estado.
F/R.E.- Muchas personas de mi edad – tengo 23 años – hemos vivido prácticamente toda nuestra vida en el gobierno del MAS, ¿cuáles son las principales divergencias que ustedes proponen como partido liberal respecto al enfoque económico y político de este partido?
A.S.- Hay una separación profunda, estamos en las antípodas del pensamiento filosófico, político y económico. El MAS es el Movimiento Al Socialismo, representa un paradigma en el que, en palabras del presidente Luis Arce, Bolivia debe moverse hacia el socialismo. Esto está escrito en el Modelo Económico Comunitario Social y Productivo. La idea es mover a Bolivia al socialismo, eso quiere el MAS. El estatismo, donde la sociedad como colectivo expresado en el estado; decide qué debe hacer el individuo. Entonces el estado genera empresas públicas, toma los excedentes de las exportaciones, distribuye sus recursos a otras empresas públicas, las famosas +70, todas deficitarias. El estado emplea gente, tenemos más de 526,000 empleados públicos en la burocracia estatal. El estado decide cómo administra la salud y la educación. El estado decide todo, pone controles de precios, pone cupos a la exportación, dice a cuánto podemos vender. El estado suprime la propiedad privada porque tenemos el 85% de la economía en la informalidad, eso significa que la propiedad privada no decide todo. Veamos la evidencia empírica de cómo les ha ido a los existe porque no está oficialmente reconocida y eso le conviene al estado. Eso es lo que representa el MAS, ese es su paradigma.
El liberalismo está en las antípodas, nosotros planteamos que se acabó eso de movernos hacia el socialismo o estatismo, donde el estado decide todo. Veamos la evidencia empírica de cómo les ha ido a los países que se han movidohaciaelsocialismoohacia el estatismo, donde el estado domina todo. Cuba, Venezuela, Corea del Norte y la Ex – Unión Soviética son un fracaso, lo único quehangeneradoesmáspobreza, máshambre,mássubdesarrollo, y que la gente se vaya de sus países. La evidencia empírica e histórica muestra que ese tipo de paradigmasoloresultaenpobreza. No solamente por una cuestión de evidencia empírica o histórica, también por una cuestión moral defendemos al individuo, porque el individuo no debería estar sujeto a un colectivo para decidir su propio proyecto de vida. El liberalismo desde el planteamiento empírico y basado en evidencia funciona mejor. También es un argumento moral: no podemos ser felices como seres humanos sin tener la libertad de acción sobre nuestro cuerpo y propiedad privada. Es imposible aspirar a la felicidad y al florecimiento humano sin libertad. El liberalismo propone desde una perspectiva moral que el individuo tome las as riendas de su propio desarrollo.
Respecto al liberalismo en relación con el MAS, pues este está en un extremo y nosotros estamos exactamente en el opuesto. El liberalismo ofrece al país un paradigma completamente distinto. Ese es uno de los grandes problemas de la oposición en Bolivia. La oposición con Comunidad Ciudadana, Creemos, etc., que tiene representación en la asamblea, no plantea un nuevo paradigma, plantea el mismo que el MAS. Dicen que “nosotros somos los buenos muchachos; no somos corruptos; “nosotros somos los buenos muchachos; no somos corruptos; no nos vamos a apropiar de la justicia; no vamos a perseguir a opositores políticos; no vamos a robar…” pero esencialmente es el mismo paradigma.
“No nos queremos deshacer de las empresas públicas; no queremos privatizar nada; es un crimen despedir gente del sector público”. Es el mismo paradigma, el estado sigue siendo la punta de lanza del desarrollo. El liberalismo, por el contrario, no es como la oposición, que le digo la “opasición”. El liberalismo: el MAS no es el problema, el verdadero problema es el paradigma que el MAS representa. Para sacar ese paradigma tenemos que venir con otro y ese es el paradigma liberal.
F/R.E.- Se habla de una coalición de la oposición ¿cuál es tu análisis?
A.S. – Hay esfuerzos de diferentes lugares para tratar de generar algún tipo de unidad, porque la idea es que si la oposición va dividida no se le puede ganar al MAS. Este es un cuento antiguo. Hay algunos esfuerzos interesantes, como las elecciones primarias, en las cuales todos los opositores compiten, la gente vota y elige al mejor candidato, y luego toda la oposición se une detrás de ese candidato.. Es una idea interesante que la están liderando Ronald MacLean o Virginio Lema. Creo que son todos esfuerzos loables, sin lugar a dudas hay que sacar al MAS del gobierno. Pero a mí me preocupan los esfuerzos de unidad que no vengan acompañados de un nuevo paradigma.
Al final del día, el problema son ideas, no los actores. Si viene Carlos Mesa, Samuel Doria Medina o Evo Morales, no me importa mucho si todos ellos van a hacer lo mismo. Lo que me interesa son las ideas; es un nuevo paradigma, el de enamorar al país con una nueva opción, una nueva visión de país. Y eso solamente viene con un paradigma liberal. No veo al país salir de la pobreza, del subdesarrollo, no veo a la gente feliz en Bolivia, a menos que le devolvamos al individuo la responsabilidad de su proyecto de vida. Así que toda la suerte a la oposición en lo que pueda lograr, pero sin un paradigma nuevo va a ser más de lo mismo. Lo más probable sea que la gente siga eligiendo lo malo conocido que lo bueno por conocer, si al final ofrecen más o menos lo mismo.
R. E. – ¿Cómo visualizas el papel de la juventud en este nuevo paradigma?
A.S. – Creo que la juventud tiene un rol obviamente importantísimo, porque la juventud ha vivido la mayoría de su existencia bajo el gobierno del MAS, por lo tanto, ha visto cómo las esperanzas de un futuro mejor se van diluyendo cada vez más. Lo que la juventud en Bolivia quiere es sacar una visa para irse a Europa o Estados Unidos, hasta irse a la Argentina, con lo mal que está. Porque no hay futuro, no hay posibilidad de desarrollar un proyecto de vida. El 85% de la economía es informal, la propiedad privada está sumergida, te ponen restricciones, te ponen regulaciones laborales, es difícil contratar, es imposible hacer empresa. Entonces, la gente joven se va y ese es el gran drama. Un drama que lo vivo yo, porque vivo en Estados Unidos y en algún momento me fui, el drama que mis hijos no disfrutan de lo que yo disfruté cuando crecí en Bolivia. Para ellos es un dato interesante que su padre sea boliviano, pero no mucho más, y para mis nietos será una anécdota.
Es una gran pena que la vivo yo y la viven miles de compatriotas, por salir a buscar un futuro. Así que los jóvenes, en este momento, están listos para tomar las riendas y decir basta, se acabó, no más de estatismo, no más de tratarnos de mover al socialismo. Ya hemos visto qué pasa con eso en Venezuela, Argentina y Cuba, no queremos ser otra Cuba, no queremos ser otra Venezuela. Así que los jóvenes ya han captado que, siguiendo al Movimiento Al Socialismo o a ese paradigma, no vamos a llegar lejos. Por eso, creo que es un momento muy interesante para un proyecto liberal, porque los jóvenes entienden que con el estatismo no van a poder tener un futuro.
R. E. – Estamos en una crisis muy complicada ambiental en Bolivia ¿cómo equilibrar el desarrollo de la economía, generada por la minería, con la necesidad de preservar nuestras zonas protegidas?
A.S. – Mi punto de partida con el análisis medioambiental es siempre la existencia de trade-offs. En economía se llaman trade-offs o costos de oportunidad. Debemos tener mucho cuidado con esto, porque si nos focalizamos solamente en la protección del medio ambiente vamos a tener un medio ambiente limpio, pero eso significa que no vamos a producir, porque la producción genera contaminación. Si solo hacemos eso y descuidamos el medio ambiente, también es una situación no óptima. El punto de partida es reconocer que hay costos de oportunidad; no podemos decir que nadie más explote el oro porque ahí perdemos mucha generación de riqueza, empleos etc. No podemos decir que nunca más se hacen chaqueos (quemas de tierras agrícolas) o se cortan árboles, porque ahí también hay una industria y son cosas que se requieren para los procesos agrícolas, etc. Siempre hay costos de oportunidad y hay que ver desde un punto de vista técnico cómo se balancean estos dos objetivos: la generación de riqueza y la preservación del medio ambiente.
Esto se podrá hacer y cada vez mejor si nos movemos hacia la privatización de estos recursos. ¿Qué hace la privatización?, si este es mi árbol mi árbol, lo voy a cuidar. Si lo cortó para hacer muebles, me voy a asegurar de que plante una semilla para tener otro árbol y después hacer otro mueble. Es decir, si es mi propiedad privada, la tiendo a cuidar. El problema con la mayoría de los asuntos medioambientales es que el árbol o bosque es de todos, pero en realidad no es de nadie. Nadie tiene incentivos para cuidarlo y, entonces, se los quema indiscriminadamente, etc. Si nos movemos hacia una privatización racional de estos recursos, probablemente se genere mucho mejor cuidado.
Tenemos que dar a las empresas privadas cada vez más preponderancia en la explotación de estos recursos, porque las empresas privadas tienen entre sus objetivos de funcionamiento cuidar aquello que le genera valor. En cambio, los políticos no tienen esos incentivos. Una vez más, el liberalismo puede ayudar a generar una brújula, un norte hacia dónde ir. Son asuntos complejos y hay que analizarlos con mucho cuidado, pero el liberalismo provee un norte; dejemos que sean los privados, los individuos, los que definan su proyecto de vida, y en vez de subir los impuestos y poner más trabas, bajemos los impuestos, para que sea más fácil producir y generar más riqueza.
R. E. – ¿Inclusión de la comunidad LGTB+ en la educación?
A.S. – Creo que cada colegio enseña lo que necesita enseñar de acuerdo con lo que los padres de familia estén dispuestos. Por ejemplo, si enseño ideología de género en mi colegio y mis clientes, mis padres de familia, mis chicos quieren aprender eso, fantástico, no tengo ningún problema. En el ambiente privado que cada colegio decida que enseñar, si otro colegio decide no enseñar ideología de género y solo se enseñan los valores cristianos, etc., pues adelante ellos tendrán su mercado y la gente irá a ese colegio. El problema es el estatismo, cuando tienes educación pública y obligas a poner en el libro parejas homosexuales, ahí te salta la gente y te dice: “No, por qué estoy pagando impuestos para que me enseñen esta cosa”. Prefiero una educación privada en la que cada padre de familia defina qué es lo que quiere que se le enseñe a su hijo. En lo personal, soy contrario a la ideología de género, que ha causado muchísimo daño a los alumnos. Nunca me verás llevando a mis hijos a un colegio que enseñe ese tipo de ideología, pero estarán otros padres y otra gente que decida que eso es bueno. El liberalismo permite decidir al individuo qué es lo que quiere hacer, a dónde quiere ir, definir su proyecto de vida y el estado no se va a meter a enseñarle nada.
R. E. – ¿Educación pública?
A.S. – Educación privada, sí. En una primera etapa la educación privada estaría financiada por vouchers. En vez de subsidiar la oferta y tener a políticos al mando de colegios, además es el sindicato troskista de los maestros que tiene potestad sobre los colegios públicos. Hacemos colegios privados y el padre de familia recibe un voucher para decidir a qué colegio poner a su hijo. Los colegios competirán, un colegio podrá decir que contrata más físicos o químicos, otro colegio dirá que enseña ideología de género. Será el padre de familia el que decida, por eso, digo sí a la educación privada con apoyo de vouchers. La educación pública nunca ha funcionado, o díganme ustedes un periodo en la vida del país en que la educación pública fue buena, ninguna, así que no funciona.
R. E. – ¿Legalización del aborto sí o no?
A.S. – Hay causales que probablemente sean importantes, pero en principio yo soy provida.
R. E. – ¿Legalización de la marihuana?
A.S. – Sí, y de todas las drogas.
R. E. – ¿Dolarización en la Argentina?
A.S. – Sí, cien por ciento.
R. E. – ¿Salud pública?
A.S. – La salud pública nunca funciona en Bolivia, necesitamos movernos hacia el mercado, al sector privado, pero apoyado por vouchers.
R. E. – ¿Bonos en Bolivia?
A.S. – No, los bonos solamente empobrecen, generan clientelismo, hacen que el ciudadano sea un mendigo del estado. Probablemente en algunas circunstancias especiales y emergencias sea necesario hacer un bono, pero en Bolivia no hemos acostumbrado a la bonitis, y eso deja a la gente con la mano estirada y les quita dignidad. No a los bonos, sí a la libertad de empresa para que cada persona busque su propio proyecto de vida.
R. E. – ¿Se puede justificar la corrupción?
A.S. – En ningún caso, no.
R. E. – ¿Evo o Arce?
A.S. – Ninguno.
R. E. – ¿Si tuviera que elegir uno?
A.S. – No, eso es elegir, como decía Vargas Llosa, entre el sida y el cáncer.
R. E. – ¿Llaucha o Tucumana?
A.S. – Llaucha, cien por ciento.
“Lo que a mí me interesa son las ideas, es un nuevo paradigma, enamorar al país con una nueva opción, una nueva idea de país.”
Antonio Saravia
R. E. – ¿Por qué es importante un cambio para Bolivia?
A.S. – Este gobierno le ha quitado la esperanza al país entero, no solamente a los jóvenes. Siempre digo que los jóvenes se van del país, y cuando digo eso, la gente alza la mano y dice también que los viejos nos vamos del país. Es un gobierno que nos ha quitado la esperanza, nos ha sumergido en el clientelismo, nos tiene de mendigos, nos tiene asustados porque ha cooptado la justicia. Simplemente vemos como el carro sigue yendo hacia el barranco. Nos hemos quedado sin dólares; hemos desperdiciado la mayor bonanza de precios internacionales a la que hemos podido asistir como exportadores de gas; llevamos 10 años consecutivos de déficit fiscal; nuestra deuda externa se ha quintuplicado; hemos despilfarrado 12000 millones de dólares en reservas internacionales, estamos en los suelos; hay escasez de carburantes porque no hemos explorado nuevos pozos de gas.
Es un país que nos ha quitado la economía, que ha despilfarrado todo, y nos ha quitado la esperanza, que es lo más importante. Por eso necesitamos sacar a este gobierno, pero no sirve sacar a este gobierno si viene alguien con la misma idea, con el mismo paradigma. Lo que tenemos que sacar es el paradigma que el MAS representa. Tengo muchas esperanzas, creo que ha llegado el momento, creo que Bolivia está madura y lista para un cambio de paradigma, para una era liberal, en la que el individuo vuelva a tener esa esa preponderancia, esa responsabilidad. Hemos logrado patear el tablero. Hice una gira en junio de este año por las ciudades más importantes del país, con auditorios llenos 200, 300, incluso 400 personas escuchando las ideas de la libertad. Ojalá las ideas sigan prendiendo el movimiento liberal, siga creciendo y se generen líderes y, en algún momento, le podamos ofrecer al país una alternativa seria al paradigma del MAS.
R. E. – ¿Crees que sean posibles estas medidas liberales sin tener una protesta, sin tener el apoyo de las organizaciones sociales con las que ha contado el MAS durante todos estos años?
A.S. – ¿Qué son las organizaciones sociales o los movimientos? Son simplemente grupos clientelares al gobierno. Son grupos a los que el gobierno le compra una sede, entonces les apoyan. Estos movimientos sociales son simples creaciones del MAS para generar apoyo, es la gente que marcha y que hace protesta, para tener brazos de fuerza en la sociedad. No quiero el apoyo de movimientos o grupos sociales, no me interesan los grupos o los corporativismos, lo que me interesa es que la gente de a pie apoye un paradigma liberal. Es el individuo por el que el paradigma liberal está trabajando.
El paradigma liberal no trabaja para grupos: indígenas, trabajadores, obreros, mineros, etc. El paradigma liberal no trabaja para sectores, asume que todos somos iguales ante la ley, absolutamente todos. Por eso, el concepto de justicia comunitaria, por ejemplo, es un disparate, al igual que el concepto de plurinacional. Todos somos bolivianos exactamente iguales ante la ley. Entonces el individuo será el que se beneficie de un paradigma liberal, que reduzca al estado a su mínima expresión y le devuelva a él la responsabilidad de su proyecto de vida. El proyecto liberal no cree en los movimientos sociales o no busca apoyos de movimientos sociales, sino busca dialogar con el individuo.
*Antonio es profesor de economía y director del Centro de estudios para la Economía y Libertad en la Mercer University. También es fundador del Partido Liberal de Bolivia.