Expresidente de Bolivia (1989 – 1993) y exvicepresidente (1982-1984)
Fizuras. – Estamos a vísperas de los 40 años de democracia en Bolivia ¿Cómo analiza el desarrollo de la democracia?
Jaime Paz Zamora.- Soy optimista, siempre lo he sido. En los peores momentos de la lucha contra la dictadura era optimista. En la cárcel hice la canción del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria); “Abran paso, abran paso. Que el MIR quiere pasar. No se le pongan al frente al MIR. No lo han de parar.” Era optimismo estando preso. Tengo el mismo optimismo, creo en el destino de lo que Bolivia pueda ser, en la medida en qué sus proyectos se fundamenten en el sistema democrático. En gran parte, yo como el Mirismo entramos a la lucha por la democracia porque estábamos convencidos de que, al margen de la democracia, Bolivia era un país inviable. Con el golpismo civil-militar que venía desde la fundación de la república, Bolivia no iba a ninguna parte. Esta fue una de las conclusiones que sacamos al inicio de nuestra lucha, lo que llamó la revolución ideológica-teórica-práctica que el MIR sufre internamente en 1977.
La instauración de la democracia en el 82 supone el verdadero cambio de época para Bolivia, desde la fundación de la república. Es el hecho más importante por su trascendencia, sin ese hecho Bolivia no es viable. Lo llamo así y no “restauración” porque nunca habíamos tenido democracia. Hubo un intento de liberales y conservadores. Y el MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario) que podía haber hecho de la Revolución Nacional el gran momento, – como en Costa Rica, que concluye en una democracia moderna – desgraciadamente no concluye en la instauración de una democracia moderna. La primera vez que en serio se instaura el sistema democrático boliviano es el 82. Con la característica de ser un sistema que se proyecta en el tiempo y que sea la base fundamental de la Bolivia que se quiera construir hacia el futuro. Sin democracia no hay Bolivia como país.
Entonces, soy optimista porque el 82 marca un cambio de época. Verdaderamente hay una época que viene desde la fundación de la república y con la instauración de la democracia, en esa república, viene un cambio de época. Dentro del cambio de época, más allá de que parezca un juego de palabras, estamos viviendo una época de cambios. Un cambio de época es un movimiento estratégico de larguísimo aliento. La época de cambios genera fenómenos de corto alcance, históricamente hablando, que juegan un rol en un momento determinado y después se transforman en otras cosas. En este periodo, dentro de la época de cambios, está el Masismo, y, antes, el intento neoliberal de Gonzalo Sánchez de Lozada [Goni] porque no todos los gobiernos anteriores fueron neoliberales, creo que fue el único. Mi gobierno no lo fue, más bien potenciamos las grandes empresas del estado y descubrimos los megacampos con YPFB, no con transnacionales. Perforamos San Alberto X – 9, sobre esa base se hizo el contrato de compraventa de gas con Brasil.
Estamos en un momento de época de cambios, de distintos cambios que se van a producir dentro del cambio de época grande. Creo que el cambio de época grande se va a imponer, más allá de lo que vaya ocurriendo en estos momentos, en este sentido soy optimista. Todo lo que está ocurriendo finalmente ha de conducirnos a una Bolivia más madura, con más experiencia, habiendo vivido más cosas y un pueblo boliviano que va a tener su conciencia y bagaje histórico más rico, para ver opciones mucho más claras hacia el futuro. Veo que se encamina en ese sentido, en la medida que sucedan de buena forma algunos hechos de ahora en adelante.
Soy optimista con Bolivia porque en estos últimos 58 años hemos hecho bien las cosas. Nosotros éramos un país molusco; un país sin huesos, sin columna vertebral y fácilmente movible. Resulta que hemos dejado de ser país molusco porque hemos hecho una gran tarea, todos los bolivianos hemos construido el eje central ¿qué sería Bolivia sin el eje central? Hemos construido prácticamente en estos últimos 50 años, a finales de la segunda mitad del siglo 20 y parte del siglo 21. En mi gobierno, todavía me tocó asfaltar Confital – Caihuasi, finalizando el asfalto de la carretera La Paz – Cochabamba – Santa Cruz, que no estaba asfaltada en los años 90. Una tarea larguísima, pero hicimos el eje central. Además, entre todos los bolivianos hicimos un fenómeno nuevo como el de Santa Cruz. Construido sobre una placenta absolutamente fértil como Santa Cruz, no desde el punto de vista como ciudad, sino como región y como población. También hicimos el fenómeno de El Alto, e incluso las transformaciones, dentro del eje, se dieron en Cochabamba.
Hicimos bien ciertas cosas, incluso con el fenómeno del MAS (Movimiento Al Socialismo). Me pongo a pensar que los gringos (americanos) necesitaron más de 220 años para poner a Obama en la presidencia. Nosotros en menos de 25 años de democracia pusimos a Evo Morales. Si queremos ver el problema racial, lo hicimos mejor y más rápido. Tomando en cuenta estos aspectos importantes, no ha sido tiempo perdido, y todo depende de lo que podamos hacer de ahora en adelante, pero debemos de tomarlo con espíritu positivo y optimista.
F.- En el surgimiento de la democracia, usted jugó un rol muy importante adoptando una estrategia pragmática; en el MIR aceptaron la socialdemocracia, y con la UDP (Unión Democrática y Popular) hicieron frente al establishment antidemocrático…
J. P. Z.- El MIR se fundó el 71 como una organización desde la universidad. Somos el único movimiento político en Bolivia que nace en la universidad, en eso nos parecemos al movimiento de [Gabriel] Boric en Chile. Se toma como la fundación el 7 de septiembre, pero en realidad fue la voluntad de resistir en un momento en que nos perseguían como universitarios. La sigla del MIR se la elige para la FUL (Federación Universitaria Local) de La Paz y desciende en todas las universidades de Bolivia, en las FUL. Nos empiezan a perseguir como MIR y nos tuvimos que quedar con ese “apodo” porque no era una sigla que habíamos pensado para un partido, si no era para ganar una elección en la FUL.
Ese empezar fundacional dice: “vamos a resistir aquí, en el país, no nos vamos a ir”. Eso se transformó, siete años después de su existencia, en el verdadero nacimiento ideológico del mirismo, a lo que llamo la revolución ideológica – teórica – práctica. A partir de esto puedes entender lo que el mirismo hace después. Esta revolución fue impulsada en gran parte por mi persona, como un planteamiento absolutamente necesario para que el mirismo sea algo y cumpla objetivos transformadores en Bolivia. Nos juntamos clandestinamente en Achocalla, La Paz, era la dirección nacional clandestina del MIR. Nos buscaban en la ciudad, en el ollaje, y nosotros estábamos ahí arriba, en Achocalla.
Hicimos varios seminarios, fue una discusión muy profunda de varias semanas. Ahí fue un crisol sensacional, donde empezamos a generar el verdadero mirismo y cómo actúa después. Lo primero que hacemos es un profundo proceso a la izquierda boliviana, de la que habíamos nacido. Una izquierda profundamente dogmática de universidad, con el radicalismo juvenil, con muchas deformaciones que dependían de dónde se encontraba el virus; trotskista, comunista moscovita, pequinés, cubano, heleno, etc. Y nosotros estábamos al medio, habíamos surgido ahí. Entonces hicimos un proceso que nos ayudó a sacar ciertas conclusiones. Por ejemplo, descubrimos que esa izquierda no actuaba en función de la historia nacional: si eras un pro-cubano, conocías mejor la historia cubana que la boliviana; si eras pro-chino conocías mucho mejor la revolución china y China que Bolivia; si eras pro-moscovita, conocías mucho mejor la Unión Soviética. Una deformación absoluta basada en dogmatismos puros de catecismo.
Esos dogmatismos eran muy del Siglo XX, hay que reconocerlo. En el Siglo XX se enfrentan ideologías que nacieron en el Siglo XIX, entonces lo ideológico era dominante y nosotros, en este proceso, decimos: “No”. La práctica es más importante para la transformación, que se articula con la ideología. Entonces hicimos ahí una simbiosis porque lo pragmático finalmente surge de la praxis. Está muy bien tener una visión ideológica, pero sin fanatismos de lo que deberíamos hacer en Bolivia. Nuestro problema no era si la Unión Soviética se enfrentaba a Estados Unidos o si China estaba con la Unión Soviética, o si los Trotskistas seguían hablando contra Stalin. Eso no nos preocupaba un comino, por lo cual, empezamos a aterrizar una estrategia en la historia nacional. Teníamos una visión ideológica que se va estructurando como socialdemócrata que, sin querer queriendo, nuestro precursor era un tipo que no conocíamos; Tristán Marof, que al pelearse con el Trotskismo echa las bases para lo que después se llamó socialdemocracia en Bolivia.
Con esa visión teníamos un equilibrio entre teoría y práctica. Dijimos: “no seamos ideólogos dogmáticos, y no tratemos, desde la ideología cambiar la realidad” porque la realidad está ahí, no puedes intentarlo desde la ideología porque no vas a llegar a ninguna parte. Es más bien la práctica, la realidad y los hechos los que han de condicionar cómo te mueves en la ideología. No fue un pragmatismo por oportunismo, fue una visión de cómo se tenía que hacer política desde la izquierda, por eso decíamos: «no podemos seguir siendo una izquierda sin vocación de poder. ¿Para que existían ellos? Eran como sucursales de los grandes países; la Unión Soviética, China, Cuba…» Nosotros queríamos un cambio en nuestro país, teníamos una vocación de poder y era muy difícil en ese momento porque estaban instaurados ciertos poderes en el país, y nosotros tuvimos que entrar a codazos y abriéndonos paso. Creo que eso fue parte de esta revolución que surge en nuestro movimiento, que la lleva en esta visión de actuar desde la realidad, la práctica y el poder de lo pragmático porque no estás actuando en función, exclusivamente, de tus ideas sino de lo que es la realidad del país.
Ahí descubrimos nuestra visión que revolucionó la izquierda boliviana, que tampoco ha sido muy entendida, pero no solamente la boliviana sino también la latinoamericana. El mirismo clandestino dice: “se acabó el comunismo y el socialismo, no es nuestro objetivo”. La contradicción no es dictadura/socialismo, no es dictadura/comunismo, la contradicción real y objetiva de Bolivia es dictadura/democracia. Entonces el mirismo tomó una definición y su objetivo fundamental es hacer una Bolivia democrática, no habla de una Bolivia socialista o comunista porque no encuentra que ahí está la contradicción de nuestro país. Una vez que tomamos esa definición, nos convertimos en la primera izquierda de América Latina que toma esa definición porque en ese momento estaba la guerra civil de la izquierda contra el estado en Centroamérica, y en Sudamérica toda la izquierda se definía en función del socialismo. Habíamos tenido la experiencia chilena donde se entró en el juego democrático de Allende junto con el Partido Comunista, pero siempre en la vieja usanza de que la democracia era el camino para el socialismo. Nosotros dijimos esas son historias: “No, queremos democracia en el país, y cuando haya una Bolivia democrática vamos a ver qué tipo de problemas son los que se presentan, pero primero una Bolivia democrática”.
Desarrollamos una estrategia que trataba de tomar el poder. El 77 ocurre esta revolución teórico – práctica del MIR, y había una cierta tendencia a que vinieran elecciones a Bolivia porque la política norteamericana, con Carter, había señalado la necesidad de finalizar las dictaduras e iniciar procesos democráticos en América Latina. Además nuestro militarismo se estaba agotando, nuestro golpismo civil-militar se estaba agotando, e incluso económicamente, el país estaba con una deuda externa impresionante, etc. Había causas internas y externas para que se vaya configurando un cuadro de posible convocatoria de elecciones. Para lo cual, hacemos, justo con puntualidad histórica, esta gran transformación interna y preparamos una estrategia para ese objetivo democrático, que fue el crear la UDP. Que nace en Caracas, donde nos exiliamos [Hernán] Siles Zuazo y yo. Antes estaba preso en Bolivia, pero me fugué de la cárcel y a las cinco de la madrugada salté la pared de la Embajada Venezolana y me exilié en Venezuela. Allí nos encontramos, fue un gran encuentro que produjo la UDP, nos reuníamos con Don Hernán todos los días a las dos de la tarde para tomar un café Papagallo – Chacaito en Caracas. Ahí nace el embrión de la UDP, como una estrategia que se había basado en una visión de la historia nacional.
Descubrimos que el gran acontecimiento donde se empieza a construir la nación boliviana es la Guerra del Chaco, resulta que desde ahí, por primera vez, se puede hablar del inicio de la nación boliviana. Mi padre fue a la Guerra del Chaco, rompió el cerco del Campo Vía, siendo un subteniente, y una gran parte la aprendí por lo que él narraba. Deberíamos llamarla “Guerra Patria” porque es la primera guerra en que bolivianos de todos los rincones del país van, y por primera vez se encuentran, se dan cuenta que habían sido distintos y empiezan a tener una idea más allá del pequeño rincón donde vivían: “hay otros rincones en el país, donde hay otra gente y esa gente habla distinto”. Mi padre tenía soldados aymaras y no se entendían, él era comandante de la escuadra. Esta era la Bolivia que nació en el chaco. Nos fuimos dando cuenta de este proceso y entendimos que, eso que había ocurrido en el Chaco, era el germen de la nación boliviana. Ahora quieren encontrar no sé cuántas naciones en Bolivia. Resulta que la nación boliviana no es milenaria y nace en el Chaco.
Eso se proyecta en el proceso de la Revolución Nacional, que no fue pensado como la Revolución Nacional sino que se transforma porque fue pensada dentro la tradición del golpismo civil-militar boliviano, era un golpe más con el General Seleme. Entonces salen los combatientes del Chaco, más maduros, con los mismos mauser y hacen el proceso de la Revolución Nacional. Ese era el proceso que habíamos caminado hasta el momento, y había que mirar hacia la democracia. ¿Cómo enganchamos la Guerra del Chaco y la Revolución Nacional con una nueva aglutinación del pueblo boliviano y sobre todo sus sectores populares, en función de tener una base social y política, para encarar la derrota de la dictadura y la instauración de la democracia? Ahí surge la UDP, un instrumento masivo en función de derrotar la dictadura y construir la democracia, y se logró, cumple su objetivo bajo los argumentos de mi propuesta nacional: el “Entronque Histórico”.
F.- ¿Qué elementos apuntalaron el surgimiento de la democracia?
J. P. Z.- Lo primero que incidió en la formación de la democracia, y no hay que olvidarse, fue la creación de la UDP, el generar un instrumento político. Resulta que después viene la reacción porque el cuadro político boliviano en el cual nosotros planteamos el objetivo democrático, por un lado, tenía al sector de los conservadores, de derecha y empresariales que vivían del golpismo civil-militar, el ejército era su instrumento político, daban golpes de estado y gobernaban el país de esa manera. Dentro de la izquierda nos encontramos con un mundo, que por razones ideológicas sobre la realidad, buscaban como zombies socialismo y comunismo en Bolivia, dogmáticos absolutos y sin ninguna perspectiva de poder, pero hacían huelgas en las minas, hacían bloqueos, etc. Por último, nos encontramos un incipiente movimiento indigenista, con el cual fuimos muy sensibles como MIR. Dentro de esa gran revolución del mirismo propusimos los fundamentos ideológicos; por una parte, el socialismo democrático; el proceso de conformación nacional: Guerra del Chaco y Revolución Nacional; el humanismo cristiano; y las culturas: los contenidos en las rupturas de los pueblos originarios en el país. De esas cuatro fuentes salió el compendio ideológico del mirismo.
El cuadro que encontramos era que los golpistas no estaban con la democracia, los dogmáticos de las distintas izquierdas decían que la democracia era burguesa y los indigenistas, con los cuales ya habíamos tenido algún contacto, decían: “No, la democracia es colonial”. Éramos los únicos que estaban por la democracia. Resulta que todo ese mundo de izquierda-derecha – menos el indigenismo que en ese momento estaban menos estructurados – de manera oscura, casi cavernaria, se oponen al proceso democrático porque estaba encabezado por un movimiento popular como la UDP. Entonces vienen en esos cuatro dramáticos años del 78 al 82, donde hay nueve presidentes en Bolivia, y donde ganamos tres veces elecciones pero las tres veces nos empantanan, o sea es una catarsis.
El primer elemento fue que surgiera un instrumento político social para sostener el proceso como la UDP. El segundo elemento fue la experiencia ganada en esta lucha dramática para no dejar pasar a la UDP, y la catarsis es tan profunda que al final dicen: “bueno, qué pasen”. Después le hacen la vida imposible al gobierno, hasta el extremo de raptar a Don Hernán, con pistola en la sien, y le quitan un año de gobierno. El tercer elemento es que los actores, que habíamos encontrado, comprenden que hay que ponerse de acuerdo, hay que convivir después de la dramática experiencia: “Entre nosotros tenemos que ponernos de acuerdo, pongamos reglas y empecemos a poner una institucionalidad democrática”. Justamente a mi gobierno, entre otras tareas, le tocó la tarea de institucionalizar y cultivar el acuerdo como un instrumento básico para construir la democracia, etc. Fueron distintos factores los que configuraron una situación favorable a la institucionalización democrática del país.
F.- Esto también se expresó en la conformación de su gobierno, que contó con la participación de Hugo Banzer Suárez, que en otros tiempos era parte del golpismo…
J. P. Z.- La estructura del gobierno se explicaba con la revolución teórica-ideológica del mirismo. De Bolivia sale el primer partido en América Latina que dice que la democracia es el objetivo, no el socialismo, no el comunismo. Incluso “Lula [da Silva]” nos criticó, en su momento, cuando era dirigente sindical, como si hubiésemos traicionado. Pero al conformar el gobierno, dentro del proceso democrático, resulta que planteamos una nueva manera de construir un gobierno con gobernabilidad, porque nos tocó una etapa muy difícil. Un presidente que se origina en una izquierda muy radical y que es protagonista del cambio a una izquierda democrática, pero finalmente izquierda. Y en plena guerra fría, de confrontación de las grandes potencias, además con mal nombre porque el MIR tenía una mala fama de MIR chileno y otros MIR. Además, teniendo en cuenta la experiencia chilena, ¡Ojo!…para los gringos. ¿Cómo logramos estructurar efectivamente un gobierno?
Nuestra democracia nace y se desarrolla frente a dos fenómenos; la guerra fría, en su etapa final, y la revolución planetaria del neoliberalismo con la Sra. Thatcher y el Sr. Reagan, ya casi dominando el planeta. En medio, el proceso boliviano, un país pequeño, sin recursos, sin posibilidades. A los tres meses de instalarme en Palacio de Gobierno cae el Muro de Berlín (1989) y todo lo que supone como ideología, comportamiento y actitud de las grandes potencias actitudes, de los EE.UU., frente a nosotros. Con el criterio de la teoría, la práctica y la realidad incidiendo sobre el pensamiento y la ideología, en este equilibrio, nos planteamos la gobernabilidad con el contexto interno y externo.
Entonces hicimos el Acuerdo Patriótico, que es precursor en América Latina. Su configuración estaba encabezada por el MIR, en la centro izquierda democrática, a nuestra izquierda invitamos al Partido Comunista Marxista-Leninista con Oscar Zamora Medinacelli [Motete], en el centro, de tipo populista, a CONDEPA (Conciencia de Patria) que no quiere estar en el gobierno, sino sólo en la Corporación de Desarrollo de La Paz (CORDEPAZ), hacia la centroderecha, la Democracia Cristiana, del cual mi vicepresidente era miembro, y a la derecha el ADN (Acción Democrática Nacionalista). Tuvimos todo el abanico. Chile lo repite al año siguiente. En la presidencia una cantidad de amigos de izquierda y socialistas chilenos me llamaban preguntando: “¿cómo lo había hecho? Bueno, haciéndolo, no había otra manera de crear gobernabilidad”. Entonces lo hicieron, no es la primera vez que hay una cierta influencia de Bolivia en Chile, con el gobierno de la Concertación. Después, a los 2-3 años, Lula, que nos había criticado al comienzo, gana y para formar gobierno hace una alianza estratégica con la centroderecha PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño) y pone a uno de ellos como su vicepresidente, y hace lo mismo Dilma Rousseff.
Tenemos la práctica para mantener una gobernabilidad, y hemos gestionado las contradicciones de una manera adecuada, no hemos tenido un solo muerto social y económico, debido a este enfoque nuevo dentro del espíritu democrático. Además, en la convivencia con la oposición están los acuerdos del 9 de julio del 92, donde hacemos una agenda de 10 puntos, por la cual, oposición y gobierno nos comprometemos a cumplir, sea que estemos en el gobierno u oposición. Entre los puntos de la agenda había una nueva Corte Electoral, una nueva Ley Electoral, la Ley de Partidos Políticos, la reforma constitucional, la reforma de la justicia, la reforma educativa, varios puntos neurálgicos que se logran. Era una Bolivia que nacía con la modernidad democrática, viejos actores políticos empezaban a comportarse de otra manera en política.
Se estaba encaminando, es cierto, después vinieron problemas con el gobierno de Goni y la capitalización, que va a dar pie a otras cosas. Me dolió de manera especial porque hicimos un esfuerzo enorme para encontrar gas en Caraparí – San Alberto X- 9, y después se lo entrega a la capitalización, de una manera equivocada, no infame porque no creo que lo haya hecho con el propósito de hacer daño. Con Goni aparece uno de los ideólogos neoliberales más claros y competentes del continente, hace lo que hace y carga la pólvora para más adelante.
El mirismo clandestino dice: “se acabó el comunismo y el socialismo, no es nuestro objetivo”. La contradicción no es dictadura/socialismo, no es dictadura/comunismo, la contradicción real y objetiva de Bolivia es dictadura/democracia.
Jaime Paz Zamora
F.- En este periodo de la democracia, Goni promulga la Ley de Participación Popular (LPP) que profundiza la democracia provocando la emergencia del MAS y Evo Morales
J. P. Z.- La Ley de Participación Popular la promulga Goni, pero la hacemos nosotros. Entre los 10 puntos, de los acuerdos del 9 de julio del 92, está la descentralización municipal y departamental. Con ayuda del Banco Mundial hacemos un equipo en planificación donde contratamos a Carlos Hugo Molina, de Santa Cruz. Es el equipo, que durante mi gobierno, hace la ley, y que luego Goni promulga porque se llevó a Carlos Hugo Molina. Además, está inspirada, en gran parte, en el municipalismo colombiano. No la promulgué porque, primero, quería promulgar la departamental, notaba que había tendencias anti autonomías departamentales, como la de Víctor Paz Estenssoro y Goni. Temía que si sacábamos la descentralización municipal entorpecería la departamental, como ocurrió.
Eso forma parte de un proceso democrático que da pie a que se desarrolle vertiginosamente, en más o menos 25 años, la conciencia de poder y participación, avanza una conciencia democrática en amplios sectores. Ante un país que venía de una situación elitaria sea por el golpismo o la naciente democracia; el mirismo venía de la universidad, clase media pura, los “conversos” que estaban como el golpismo civil-militar y se vuelve de la democracia, o los “conversos” de la extrema izquierda que empiezan a participar en la democracia. Eso genera un clima de desarrollo, cuando era presidente veía venir a Evo Morales, no sabía que se llamaba así, pero veía venir un fenómeno ya que notaba que había una toma de conciencia, cada vez más profunda, que para era positivisima porque para eso habíamos hecho todo, para que el inicio democrático se convierta en una profundización democrática y una participación a todo nivel.
Efectivamente se va conformando un clima favorable para el surgimiento de esto, más algunos errores de ese primer período de la democracia: lo de Goni y la capitalización; lastimosamente el General [Hugo] Banzer es elegido presidente, pero con cáncer y hay una distorsión, aparece Tuto [Quiroga] en último año, un periodo desordenado; después el último gobierno de Goni. No es la versión que toma el MAS con Evo que dice: “las cosas andaban tan mal tenían que venir a ellos a poner orden y cambiar el rumbo del país”. No, ellos eran producto del rumbo que había tomado, en el cambio de época, con la instauración de la democracia.
En ese proceso democrático que, todavía conducido elitariamente, se genera un contexto en que la mayoría profundamente mestiza empieza a darse cuenta que puede ser poder, que debe participar, no sólo en política, también en sociedad, comercio, negocios, empresas, etc. La mejor expresión que puede encontrar ahí, pero desgraciadamente no la uso mucho porque puede ser mal entendida por la cultura lingüística de nuestro país, es el ascenso del cholaje al poder, desde el punto de vista sociológico, no peyorativo. Pero somos un país cholo, como Perú y México. El cholaje tenía que hacer presencia y para eso está la democracia.
El liderato de ese ascenso y cómo se administra el nuevo período, en la época de cambios, es decir en la disputa por el ascenso de Evo y el MAS ocurre, un poco, lo que ocurre en el golpismo civil-militar. Cuando se veía que el presidente militar de turno estaba desgastado, empezaban a surgir varios líderes militares detrás del próximo golpe, pero solo uno llegaba y asimilaba a los demás, o los combatía, o aniquilada como el caso de [Andrés] Selich. En el ascenso del MAS y Evo estaban Omar Hernández, dirigente de la Guerra del Agua en Cochabamba, Jaime Solares de la COB, Mallku [Felipe Quispe] de El Alto, Roberto de la Cruz de la COR (Central Obrera Regional de El Alto), etc. De todos esos líderes potenciales a encabezar es Evo el que lidera por el fenómeno del Chapare, donde tenía su propio ejército. Y llega con puntualidad histórica a ese momento y con los recursos económicos de Caracas. Igual que los militares del golpismo, Evo aniquila a los otros.
F.- El MAS es un partido hegemónico que ocupa el poder con el Presidente Luis Arce Catacora, además nos encontramos en un Estado Plurinacional ¿se puede consolidar la democracia?
J. P. Z.- Lo que al comienzo del gobierno de Evo era una sospecha hoy es una evidencia, incluido el gobierno de Arce. No son democráticos, se nos ha metido un virus en la democracia boliviana, pero que al mismo tiempo expresa el ascenso de esas masas al poder público. Aunque a un alto costo de ineficiencia, transparencia, etc. en la administración pública, pero tenemos que pagar un costo así. Es una evidencia que no son democráticos y se vuelve a replantear, para la gran masa boliviana, la necesidad de retomar el curso democrático y actuar rápidamente, creo que se va tomando conciencia poco a poco.
El ascenso fue tan masivo y violento, al comienzo del siglo, que los antiguos partidos quedaron desestructurados y hubo un movimiento estratégico, de parte del MAS, Evo y [Álvaro] García Linera, para quitarle la personería jurídica al MIR porque era el único que podía hacer una oposición desde lo popular. Evo terminó siendo el presidente con más tiempo en el poder, con más plata para administrar y sin ninguna oposición, hay que pedirle cuentas como dice el evangelio: “tú recibiste tantos denarios, tienes que responder por lo que recibiste”. Nunca hubo un presidente con tantas condiciones para pasar a Bolivia a la modernidad. La tarea planteada es retomar el proceso democrático, que indudablemente está haciendo denegado y Bolivia está sufriendo una involución dramática.
F.- En 2019 hubo una movilización mayoritariamente de jóvenes, pero en el lado de la oposición los liderazgos y los partidos no han acompañado a ese proceso…
J. P. Z.- Es una visión que aparentemente se da. Pero, por ejemplo, el MIR, a pesar de perder su personería jurídica, tiene un sentimiento remanente que lo encuentras en el pueblo más lejano del país, siempre se me asoman compañeros, etc. También hay MNR residual, hay ADN residual, entonces casi en todo el movimiento de grupos sociales, plataformas, pititas, etc. estaban los viejos partidos. El mirismo ha estado detrás de todas las plataformas en el país, pero no mostrando una identidad partidaria porque la movilización era de otra naturaleza.
Surge una juventud muy meritoria, planteando un fenómeno contundente, que es capaz de producir un pánico en el presidente y el vicepresidente hasta el extremo de huir del país, en el movimiento no lo pedían que se vaya, pero el miedo fue tan grande que notoriamente se ve que las dos cabezas que gobernaban eran cobardes. Se van del lugar más seguro de Bolivia, del Chapare, donde menos amenazas podrían tener. Es un fenómeno que hay que estudiarlo con más cuidado, al igual que el fenómeno de las pititas, un nuevo tipo de bloqueo extraordinario que sale del corazón del alma misma popular, pero que tiene una eficiencia contundente.
Eso no ha sucedido en vano, ha desarrollado conciencia democrático, nuevas generaciones se han incorporado a esa lucha. Pero todavía no tiene suficiente desarrollo para generar, no una oposición, no una confrontación, sino considero que lo que Bolivia necesita es una alternativa. En vez de hacerle una oposición a Arce hay que generar una alternativa a lo que hace. Creo que debe ser el corazón mismo de lo que se pretende hacer hacia adelante, más que oposición, alternativa. Creo que se está generando, como todo proceso de germinación es silencio. El tema es que tenemos un calendario, lo óptimo sería que una alternativa esté estructurada para el proceso electoral del 2025, ese es el desafío.
F.- En este contexto global y nacional adverso: por la pandemia, el conflicto entre Rusia y Ucrania, etc. ¿Es rentable que los gobernantes apuesten por una estrategia de polarización y confrontación?
J. P. Z.- El gobierno ha entrado en un camino de confrontación sin retorno, eso es lo preocupante. En eso está como en Nicaragua, ni siquiera para camuflar. Está tomando un radicalismo antidemocrático brutal, hasta el extremo de decir: si no se ponen de acuerdo en el Congreso para elegir al Defensor del Pueblo, lo elige el presidente. La democracia tiene sus mecanismos para que, cuando haya este tipo de empates, se pueda lograr un desempate por un camino democrático. Elegir interinamente es frontal. O los juicios. En la época del militarismo, yo tenía terror a los que llamábamos tiras del Ministerio del Interior; eran los que allanaban y entraban a patadas en las casas, te sacaban y torturaban en las prisiones, pero ahora los tiras son los fiscales.
Me duele porque en la reforma que hicimos en nuestro gobierno, y me preocupé mucho para que ese gobierno sirva para la institucionalidad democrática del país, e hicimos la primera ley del Ministerio Público. Hasta el año noventa y pico, Bolivia no había tenido, desde 1825, una ley que normará el comportamiento de los fiscales y del Ministerio Público porque se había aceptado que se dirija desde el Ministro Interior. Nosotros hicimos la primera ley y les damos un edificio para que sea honorable. Tampoco había una ley de las Fuerzas Armada, desde 1825, tenían los fierros, pero no había una ley que dijera cómo debían manejarlos, cada militar de turno daba sus propias instrucciones, entonces hicimos la primera ley orgánica y la firme aquí en el Picacho. También la primera ley, no sólo en Bolivia sino en América Latina, del medio ambiente. Fueron leyes elementales, y eran la construcción de la institucionalidad democrática.
F.- Latinoamérica atraviesa por una segunda ola de izquierda, con Boric en Chile y Gustavo Petro en Colombia ¿Cómo evalúa este periodo?
J. P. Z.- Esto va a ser constante en América Latina hasta que no se resuelva el problema de fondo; la desigualdad. Mientras no se resuelva, cíclicamente se darán fenómenos como los de Chile. Chile es un país elitista, me pregunto ¿dónde están los rotos chilenos? Si ves el liderato del escenario político chileno, todos son nombres alemanes, franceses, polacos, etc. Boric es Croata, incluso en su izquierda. Nosotros ya hemos tenido nuestro Evo, a los otros les falta, y ya podemos dar el segundo paso en otra dirección. A otros países les falta dar el primer paso. Imagínate Brasil. A propósito de Cochabamba, el jefe del Primer Comando de la Capital, que es el grupo delincuencial más grande del Brasil, es hijo de Cochabambinos, Marcola [Marcos Williams Herbas Camacho] está preso y dirige desde prisión.
Es una maravilla lo que ocurrió en Colombia, Petro podría haber sido un mirista, que ahora está conformando un tipo de gobierno bastante parecido al que nosotros hemos conformado con el Acuerdo Patriótico. Tiene sus convicciones pero es pragmático, otra vez volvemos al comienzo de nuestro diálogo. Tengo mucha esperanza de que va a ser un gran beneficio para Colombia porque no soportaban más la situación que vivían. En ese profundo cuadro de desigualdad de América Latina, Bolivia ha dado unos cuantos pasos, que bien administrados a futuro pueden colocar a nuestro país en una situación más ventajosa, para luchar contra la desigualdad en nuestro territorio. En eso podemos ser optimistas.
F.- Santa Cruz es una potencia y que cada vez va tomando mayor peso en el país ¿podrá convertirse en el eje político?
J. P. Z.- Efectivamente los cruceños fueron un fenómeno extraordinario. Hace muchos años atrás, sostenía en mi acción política en Santa Cruz, tratando de convencer a los propios cruceños, de que no eran del oriente de Bolivia y se habían convertido en el centro. Que geográficamente lo son, si trazas dos coordenadas sobre el mapa boliviano se cruzan entre Montero y Santa Cruz. La vieja Bolivia del occidente tenía en el centro a Cochabamba, pero ha habido migraciones, y, por lo tanto, una adecuación del centro económico y político con el centro geográfico. En Santa Cruz se está dando un fenómeno que cada día va a tener mayor repercusión, no solamente en lo económico, sino en lo político. Pero debemos evitar, a la hora de pensar en lideratos nacionales, la contradicción, que se tiene que superar, entre occidente y oriente. No creo que se deba decir: “ahora nos toca un camba” o “nos toca tal”. En ninguna parte del mundo ocurre esto, en Alemania, [Angela] Merkel no sale de Berlín, Frankfurt o de los grandes centros, sale de la vieja Alemania Comunista (RDA), en Hamburgo.
Las regiones tienen su peso, pero no necesariamente condicionan el liderato político. Tenemos que buscar que ,en una retoma democrática, salgan lideratos democráticos de todo el país. Mientras esté caliente esta confrontación de oriente-occidente, que fue activada por el gobierno del MAS, pero que ya existía, parece difícil que occidente acepte un presidente camba y parece que a los cambas les sería difícil que aparezca un paceño o un cochabambino. Tenemos occidente y oriente, pero también norte-sur, pueden salir lideratos que, en este momento, no generen fisuras o reacciones de comportamiento de desconfianza. El liderato convendría que se genere en lugares no conflictivos, que nos alivian la tarea de recomponer las cosas.
De alguna manera me tocó ejercer un liderazgo, como presidente, que iba a occidente y no me decían camba, iba a oriente y no me decían colla. Era un boliviano neutro, que venía del sur y que creo que eso ayudó. Tal vez, todavía necesitamos un tipo de liderato de esa naturaleza, queda como tarea que esto pueda ocurrir y que la tendencia antidemocrática que está tomando este gobierno no vaya como el caballo de Atila; que donde crece una hierba la aplasta. Es peligroso, lo que está ocurriendo este último tiempo, de querer actuar sobre lideratos que existen y que son identificados en nuestro país, que empiezan a recibir un comportamiento agresivo de parte del gobierno.
Excelente Jaime Paz zamora ,con una lucidez mental extaordinaria ,retrocedí 50 años,en enero1971 fundamos en trinidad Beni el frente universitario Mir,siendo ejecutivo ful ,en febrero viajamos a la unión soviética
Varios líderes universitarios
A la cabeza del compañero
Gonzalo Valda,compañero Jaime el MIR no ha muerto,aló largo y ancho del pais,se siente la presencia, de nuestro movimiento, y el liderazgo
Indiscutible de Jaime Paz Felicidades.
¡¡¡SI!!; Nuestra Bolivia necesita una NUEVA ALTERNATIVA, que hay que Construila ¡YA!
¡¡¡SI!!!, debemos construir una Nueva Alternativa p/salvar a Bolivia.
Presidente qué mensaje de lucidez profunda
He vuelto a la raiz de América latina de los 60 ,que permiten las raíces de los 70 para luego de cárceles y luchas nos permiten desembarcar en el 82….
Gracias por tanta sabiduría.
Desde la PAMPA Argentina profunda hay signos de regreso a la casa de la democracia, después de las borrascas que nos tocarán vivir en Bolivia, Chile, Perú,Brasil y Argentina sin olvidar Ecuador.
Hay que trabajar para el 2023/24
El MIR TIENE FUTURO
GRACIAS
MIYI REGAZZOLI