Marcelo Claure ha compartido recientemente los resultados de una encuesta nacional, proporcionando un análisis detallado sobre el estado actual de la política boliviana y las preferencias de los votantes de cara a las elecciones presidenciales de 2025. En su mensaje, Claure destaca que «todos los candidatos tienen índices de favorabilidad negativos, algo muy inusual», señalando una profunda desconfianza hacia la clase política del país. Este fenómeno refleja una desafección generalizada, alimentada por años de promesas incumplidas y la falta de resultados tangibles. Manfred Reyes Villa y Samuel Doria Medina, aunque con cifras negativas, se presentan como los candidatos más favorecidos, mientras que figuras como Luis Arce y Evo Morales enfrentan un rechazo considerable, con índices de -61 y -42, respectivamente.
Además, el análisis sobre la «Capacidad para abordar problemas» revela una tendencia preocupante. Claure observa que «una pluralidad de los encuestados respondió ‘Ninguno'», lo que indica una desconfianza generalizada en la capacidad de los políticos para resolver los problemas estructurales del país. Aunque algunos candidatos, como Andrónico Rodríguez, destacan por su empatía, y Doria Medina es reconocido por su conocimiento en economía, la falta de credibilidad generalizada podría generar un «voto de protesta». Esto resalta una desconexión entre la clase política y las expectativas de la ciudadanía, reflejando una tendencia global hacia la búsqueda de alternativas fuera de los circuitos tradicionales.
Hoy comparto la tercera y última parte de los resultados de la encuesta nacional que encargué para proporcionar información clara y veraz a todos los bolivianos. En la primera publicación, expliqué por qué la metodología de esta encuesta es más representativa que los sondeos poco… pic.twitter.com/NKc8wJFO2O
— Marcelo Claure (@marceloclaure) November 30, 2024
Análisis de los resultados
No cabe duda que el escenario político boliviano se encuentra en una etapa de transición. Las encuestas aunque no definitorias revelan tendencias.
El primer elemento a destacare es la tendencia negativa en la intención de voto del bloque oficialista, y positiva para el bloque opositor. Evo Morales y Luis Arce Catacora apenas llegan a un 22% de intención (casi un 1/4 de los votos). La oposición alcanza un 55% de intención de voto (mas de 1/2 de los votos) y los votos NS/NC llegan a 21%. En una encuesta anterior el bloque oficialista tiene una intención de voto del 37% (más de 1/3 de votación) y el bloque opositor llega a un 62,3% de intención de voto.
Estos resultados confirman el enojo con los políticos incumbents u oficialistas a nivel mundial. Por ello, se menciona que estos resultados más que ser meritorios para la oposición en realidad son por demérito de la clase gubernamental. Esto se observa en la imagen desfavorable hacia los políticos tradicionales o que ejercieron el gobierno recientemente. Es un hartazgo de la clase política gobernante, pero también un hartazgo de toda la política boliviana. En resumen es un «voto protesta» contra los políticos oficialistas.
El 21% de indecisión en el voto se puede explicar de tres maneras. Seguramente una fracción de los votantes aún no definen sus opciones por ser muy distante la fecha electoral, así también por el desconocimiento de los candidatos y el escenario político. Otro porcentaje se puede explicar en función del voto opositor, los cuales tampoco definieron sus opciones hasta que puedan encontrar una opción mejor o esperan ejercer el «voto útil«; votar por aquel opositor que saque al MAS del gobierno. Por último, la fracción más importante de esos votos indecisos se encuentran en los votantes oficialistas quienes desencantadamente prefieren no votar o esperar que se resuelva el conflicto entre arcistas vs evistas, así como la unidad de los mismos para decantar su voto.
Por último, se observa que los votantes no tienen una señal de que los actuales contendientes a la presidencia de Bolivia son capaces de resolver los problemas que aquejan a la sociedad . Tal es la situación, que se observa a la figura de Andrónico Rodríguez, un político profesional de carrera en el MAS, como la posible figura que puede resolver los problemas. Sin embargo, este no ha ejercido o demostrado su competencia en un cargo gestión o tampoco genera un diálogo público con propuestas o programas.
Para finalizar, los candidatos no pueden inflar su ego. La fecha electoral es lejana y los resultados de las encuestas pueden variar con mucho margen. El hecho de que un candidato se encuentre a la cabeza no asegura su victoria, y en todo caso este recibirá mayores confrontaciones y contendientes derivando en un contexto complejo para que el candidato líder pueda prevalecer.