El sábado 7 de octubre de 2023, en plena festividad de la Simjat Torá (en Shabat) tras el aniversario de Yom Kippur, la organización terrorista Hamás atacó Israel con cohetes y operativos infiltrados, resultando en muertos, heridos y secuestrados. Israel respondió con un contraataque de misiles y y se esforzó por restablecer la estabilidad en su territorio. La perspectiva de una «guerra larga y difícil» se vislumbraba en el horizonte. Este ataque fue comparado con eventos históricos como el ataque a Pearl Harbor o el 11 de septiembre en los Estados Unidos.
Las impactantes imágenes y videos difundidos en internet tenían la intención de proyectar una imagen de triunfo por parte de Hamás. Sin embargo, el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, respondió rápidamente con una «declaración de guerra», ordenando ataques contra objetivos de Hamás y restringiendo servicios básicos y suministro de combustible hasta que los rehenes israelíes fueran liberados.
Análisis:
La sorpresa imperó cuando Hamás penetró en Israel de la manera en que lo hizo, lo que plantea interrogantes sobre la estrategia de seguridad israelí. Aunque se basa en una red de inteligencia que debería detectar los movimientos de Hamás y en la capacidad del Ejército israelí para repeler una invasión terrestre, esta ocasión demostró una falla en ese sistema. Se suponía que el inmenso poder militar de Israel actuaría como un elemento disuasorio contra tales ataques, pero esto no ocurrió. Además, se había creído que la emisión de visas de trabajo a palestinos reduciría las tensiones, pero quedó claro que el bienestar económico no garantiza la calma, como señaló Gabriel Ben Tasgal a CNN.
Agravando la situación, meses previos, los servicios de inteligencia habían advertido sobre la posibilidad de un conflicto militar debido a la división y polarización interna en Israel, impulsada por una posible reforma judicial que amenazaba la independencia del poder judicial. Sin embargo, tanto los servicios de inteligencia de Estados Unidos como del Reino Unido, entre otros, no pudieron comprender adecuadamente el panorama.
Mick Mulroy, ex oficial de la CIA y alto funcionario del Pentágono, señaló que la complejidad del ataque de Hamás requería una extensa preparación, lo que debería haber dejado indicios anticipatorios, como el almacenamiento de cohetes.
Se ha constatado que Hamás recibe financiamiento, armamento, entrenamiento y apoyo de servicios de inteligencia iraníes. Incluso altos cargos de Hamás y Hezbolá señalan que oficiales de seguridad iraníes ayudaron a planificar y aprobar los ataques, a pesar de las negativas de Irán. Es probable que Irán se sintiera amenazado por el enfoque de Israel en acuerdos de paz con Arabia Saudita, en detrimento de Irán, como lo hizo anteriormente con Jordania y Egipto. Este conflicto ha frenado el progreso hacia dicho acuerdo.
Por otro lado, la opresión sostenida contra los palestinos generaba una creciente tensión, llevando a una explosión de conflicto. El bloqueo israelí por mar, tierra y aire, junto con otras condiciones, hacen probable que la vida en Gaza sea insostenible en 2025, según Margarita Cadavid en France 24.
Consecuencias:
En años recientes, Israel se había centrado en restringir los ataques de los militantes de la Franja de Gaza mediante ataques aéreos selectivos y asesinatos de líderes, dado que las bajas de sus conciudadanos no eran significativas. Sin embargo, la situación actual podría requerir una invasión terrestre total en Gaza, lo que a su vez provocaría una respuesta militar de Hezbolá, según fuentes en Egipto citadas por el Wall Street Journal. Mientras que China y Rusia abogan por un Estado Palestino Independiente, se espera observar qué postura tomarán los países árabes y musulmanes, mientras Estados Unidos envía ayuda militar.
Es posible que estemos presenciando el inicio de un conflicto prolongado, justo cuando Israel buscaba la paz y la estabilidad. Sin embargo, es esencial comprender que sin una respuesta militar a estos ataques perpetrados por grupos terroristas, se abriría la puerta a la pérdida de vidas civiles. La duración y el resultado de la guerra entre Israel y Hamás pueden variar, dependiendo de la intervención de países occidentales y otros factores.
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