En el ámbito de la política internacional nos encontramos en un momento de cambio. Algunos mencionan que nuestro mundo transita de un orden monopolar a uno multipolar, o bipolar. Un cambio de fase con diversas posibilidades, por ejemplo que Estados Unidos y el mundo occidental ceda su espacio ante China y el mundo oriental. Vayamos por partes
En 1993, después de la caída del Muro de Berlín, Francis Fukuyama decreto el “fin de la historia”. La guerra había terminado para siempre con la victoria del Primer Mundo, Occidente y el Capitalismo. Pero Samuel Huntington, autor del libro “El Choque de Civilizaciones”, aguó la fiesta enfatizando que lo peor estaba por venir.
Para este autor, el conflicto ideológico y económico entre comunismo y capitalismo dejaba de tener importancia. El mundo se sumergirá en una fase de conflictos de toda índole que encontrarán su razón de ser en las diferencias básicas entre civilizaciones. En la historia, lengua, tradición, relaciones con el mundo que los rodea, pero en mayor medida en la cultura.
Aunque esta teoría ha sido criticada desde su publicación en la revista Foreign Affairs (1993), ahora parece recobrar importancia. Los informes de V-Dem y Freedom House señalan que hay un retroceso democrático global y que se está tratando de posicionar al autoritarismo como modelo de gobierno dominante.
V-Dem (Variedades de la Democracia) cuenta con una extensa base de datos y la participación de expertos y académicos de todo el mundo. Su último reporte de 2023, señala que “los avances en los niveles globales de democracia logrados en los últimos 35 años se han esfumado». Enfatizando que “en 2022 el nivel de democracia del ciudadano se situé en los niveles de 1986”. Además manifiestan, que en ese mismo año “el 72% de la población mundial vive en autocracias”. Existen más dictaduras que democracias, y las consecuencias se manifiestan en la libertad de expresión, en los medios de comunicación, en la calidad de las elecciones, etc. La autocracia como modelo de gobierno no solo está presente en países en vías de desarrollo, también desgasta a democracias consolidadas.
Otro observación de V-Dem es que “el equilibrio económico está cambiando. El número creciente de autocracias representa el 46% del PIB mundial”, también se ha “reducido el comercio entre democracias, y ha aumentado la dependencia comercial de las democracias con respecto de las autocracias”.
Por su lado, Freedom House explica que los “gobiernos autoritarios de todas las regiones están trabajando juntos para consolidar su poder y acelerar sus ataques a la democracia,… [reduciendo] los derechos políticos y libertades civiles en los últimos 16 años, [es posible] que la autocracia supere a la democracia como modelo de gobierno [estableciendo] los estándares internacionales de comportamiento”.
Además, examinan que “los regímenes autoritarios como China, Rusia y otros han ganado mayor poder en el sistema internacional, y los países libres han visto desafiadas y fracturadas sus normas democráticas establecidas”. El diagnóstico de Freedom House es un tanto confrontativo; los países autoritarios son más audaces y las democracias han perdido terreno, tanto externamente como internamente, sus sistemas tienen deficiencias como el odio, la violencia, el poder desenfrenado, etc.
Por su lado, el politólogo chileno Fernando Mires explica que “en estos momentos nos encontramos en un…[periodo] de repliegue [democrático] y, tal vez, de retroceso”. La democratización está en constante movimiento como las olas del mar. En la actualidad, la democracia está siendo cuestionada desde dentro y fuera de las naciones democráticas. “En términos popularizados por Huntington, hay una ola antidemocrática” cree que “hay un choque entre movimientos democráticos y antidemocráticos”. La principal muestra de ello es la invasión de Rusia a Ucrania, una manifestación de una agresión al orden democrático mundial.
Existe la plena intención de generar un nuevo orden mundial, un nuevo orden político, militar y económico opuesto al occidente democrático. Algunos países se han dispuesto a trabajar para disminuir los principios de la democracia occidental y su hegemonía a nivel mundial. Es la búsqueda de dominación, pero no de destrucción. Este nuevo bloque, anti-occidental, está liderado por China y Rusia y secundado por países en vías de desarrollo o democracias consolidades que no toman partida por ningún bando (en Latinoamérica el no-alineamiento activo) y otros países apoyan expresamente este nuevo orden.
Así parece que nos encontramos en un momento en que las ideologías cedieron su rol protagónico a las idiosincrasias, culturas o civilizaciones contrapuestas, sobre todo entre Occidente y Oriente, revalidando en cierta medida la teoría de Huntington. Dejando en evidencia que es un momento de retroceso democrático y necesita adoptar una posición defensiva para sobrevivir a las olas antidemocráticas. Veamos como termina esto.
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