Edmond Thiaudiére dijo “la política es el arte de disfrazar de interés en general el interés en particular”. Cuando revisamos la historia podemos comprender que Bolivia ha sido gobernada en base a los intereses del partido de turno, por ello desde su fundación carece de una propuesta de país. Cada 5 años (un poco mas un poco menos) la agenda es modificada para saciar los intereses del partido de turno. Al ser los intereses de un grupo y no de la nación los actores políticos tienden a inclinarse a ideologías totalitarias como el socialismo.
Uno de los fines del socialismo es tomar el control de las instituciones públicas que hay dentro del Estado, cuando no consigue este fin opta por la desaparición de las mismas. Nuestro país en los últimos años sufrió la anulación y fragmentación de varias de sus instituciones, eso provocó que el gobierno actual tenga una oposición débil y reducida. Los últimos años muchas instituciones como los comités cívicos dejaron de ser relevantes, perdiendo no solo peso, también credibilidad, otras instituciones como ADEPCOCA llegaron a tener dirigencias paralelas. Podemos ir enumerando más instituciones, pero ahora nos centraremos en instituciones que son fundamentales para la buena salud de un sistema democrático, los partidos políticos.
En las 2 últimas décadas hemos visto no solo el desgaste de muchas siglas, fuimos testigos de la desaparición de algunas, claro que esto en un sistema sano se vería como algo normal, pero viendo que el actual partido de gobierno quiere el monopolio de poder no podemos ignorar las alarmas, y es que para ganar una elección nacional se necesita de toda una estructura partidaria, dentro de esa estructura debe haber desde los que buscan una cuota de poder, hasta los que sudan y aman los colores del partido. También deben existir esos militantes que no solo se sienten orgullosos de llevar la camiseta, si no que saben tararear las canciones del partido.
Los partidos que conforman el oficialismo siempre lo tuvieron claro, se necesita de una estructura para ganar elecciones y sobre todo para controlar las elecciones, evitando que el partido de turno haga fraude. Sin un partido opositor con una estructura, es fácil para el oficialismo contar los votos y dar el resultado que quiera sin tener una oposición real en las ánforas y menos en el parlamento.
Durante las últimas 2 décadas el Movimiento Al Socialismo se encargó de vender la idea de que fuimos gobernados por partidos de derecha -algo totalmente falaz-, también se encargó de desprestigiar a los partidos políticos, tal fue su éxito que formar parte de un partido político es muy mal visto en la actualidad. La desestructura llega a tal punto que las boletas electorales están formadas por agrupaciones ciudadanas y partidos políticos que fungen más cómo las primeras. Instituciones que no tienen un peso real para ser oposición al gobierno.
Al no existir una estructura partidaria, ya no hay formación de líderes políticos, ya no hay lanzamiento de nuevas figuras y menos la propuesta de una alternativa de gobernabilidad. La desestructura de los partidos políticos deja sin una oposición real al actual partido de gobierno. Y sin una estructura para apoyarse los nuevos rostros de la oposición quedan en el aire tratando de luchar contra una estructura que aplasta sin la necesidad de hacer nada.
Los partidos políticos y agrupaciones ciudadanas no sólo carecen de una estructura militante, también carecen de lineamientos claros. La mayoría de estas organizaciones políticas no aportan nada nuevo a lo que el actual gobierno ofrece. La ideología que llevan es muy resonante con la del gobierno actual. La mayoría propone pintar la fachada de la casa y no así derrumbar los cimientos que están por desplomarse. Cuando el votante ve las propuestas electorales ve entre cambiar la fachada con color azul, verde o amarillo. En este sentido el votante promedio querrá permanecer con el mismo color al que le tienen acostumbrado, sabiendo en el fondo que la casa se puede derrumbar en cualquier momento, pero se ve bonita pintada de color azul.
La gente, siguiendo con el discurso propagandístico del actual gobierno, cree que partidos como el MNR o MIR son de derecha y neoliberales, el Movimiento Nacional Revolucionario y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, los cuales tuvieron un comienzo similar al MAS, una ideología basada en la revolución y autoritarismo, un lindo Socialismo. Solo basta ponerse a pensar en los nombres para ver las similitudes y hay que leer las propuestas políticas para darse cuenta que no ofrecen algo diferente, no ofrecen una visión de país. Todos van por el cambio de color de la fachada, y es difícil que sea de otra manera ya que todos quieren seguir con la casa adaptada a sus intereses. Y no puede ser de otra manera cuando el MAS fue creado por disidentes del MNR y MIR, intelectuales que en su mayoría se dedicaban al adoctrinamiento, me corrijo a la docencia y periodismo.
Volvamos al tema de como en las elecciones los votantes liberales, los de derecha y los que ansían una propuesta de país, no tienen una propuesta y a muchos no les queda más que seguir votando por el cambio del color de la fachada que le favorece al que ocupa la casa. Las propuestas de oposición no son reales para un cambio, ninguna va a romper las estructuras enclenques que sostienen el país. Los votantes que buscan ser oposición al gobierno al final se quedan sin una representación real en el parlamento, sin representantes que luchen por una reestructuración en pos de un proyecto de país.
La oposición actual es una simple oposición que está en contra de seguir pintando la fachada de azul, no es una oposición que se oponga con una ideología, con políticas que propongan algo contrario a lo que ofrece el actual gobierno. La oposición solo está para frenar las políticas arbitrarias y la mayoría del tiempo no pueden hacer ni eso. Al final como declaró la Senadora por Comunidad Ciudadana ellos tienen «(…) más coincidencias con el MAS que con Creemos (…)”, aunque sin duda con Creemos igual tienen muchas coincidencias, al final todos los partidos que forman parte del gobierno decorarán con una linda alfombra persa la sala que tiene vestigios de que se puede desplomar en cualquier momento.
Esperemos que para el 2025 se forme o renazca de las cenizas un partido, que realmente se oponga al actual gobierno y sus políticas, que tenga una propuesta para reestructurar el país dejando de lado sus intereses. Qué sus principios sean lo contrario al oficialismo y “oposición”, que tengan propuestas políticas que vayan en contra del socialismo, que no tenga miedo de tener una estructura, de formar nuevos líderes, de dar buenas propuestas y tener una oposición que les haga frente cuando se están equivocando o desviando del camino. Que vuelvan a abrir sus casas de campaña y vayan más allá de estar presentes sólo cuando se estén por dar las elecciones, fungiendo como una oposición real.
Es momento de que haya partidos con estructura, que puedan recaudar el 100% de actas en las mesas y comparar sus números con los de la corte electoral, que puedan denunciar irregularidades con pruebas irrefutables.

Ross Martínez Mojica
Licenciada en Filosofía y Letras, escritora independiente y activista política
Descubre más desde Revista Fizuras
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.