La Friedrich Ebert Stiftung (Bolivia) realizó un cuestionario Delphi a un grupo selecto y plural de líderes políticos, analistas, periodistas y especialistas entre febrero y marzo de 2022. El cuestionario tiene secciones que abarcan desde el contexto social, pasando por los medios de comunicación hasta el posicionamiento sobre líderes y actores políticos.
A continuación se realiza una interpretación de los datos obtenidos en el cuestionario [en muchos casos se agregan los datos para simplificar la exposición de tendencias].
I. Contexto y Clima Social
Existe cierto pesimismo por el porvenir de Bolivia, el 47,1% de los encuestados señalan que va por un mal camino. Además, observan que la política y económica del país es regular (42, 9% y 53, 8%); y que en un futuro la situación política permanecerá igual (40,3%), aunque apuntan a que la situación económica mejorará (37,8%). Probablemente existe un grado de inmovilidad de las posturas de los principales actores políticos y eso no contribuye a qué las percepciones del país mejoren.
No sorprende que las tres instituciones de menos confianza sean; – ordenados de peor a mejor- el Órgano Judicial, la Policía y los comités cívicos. A las que se pueden sumar otras menos representativas. Coincidentemente estas instituciones, envueltas en «escándalos«, se encargan de la justicia, la convivencia social, y sobre todo apuntalar los cimientos de la democracia. La valoración responde no solo a atender aisladamente los casos de corrupción, cohecho, tráfico de influencias, etc. sino atajar un problema en el sistema político.
Las preocupaciones se centran en la crisis de justicia (57, 1%), la crisis económica con un aumento en la pobreza (37,8%) el autoritarismo y la persecución política (34,5%). Asimismo, el 48% de las encuestados indica que la gestión del presidente Luis Arce Catacora es pésima en la búsqueda de un encuentro tras los conflictos de 2019. Otra vez repunta la percepción de un inmovilismo en la voluntad política para mejorar la condición del país.
II. Temas de Conflicto y Acuerdo
Hay inquietud (47,9%) por el estado futuro de la conflictividad en el país. A pesar de confirmar la polarización, se reconoce que las diferencias se pueden solventar pacíficamente (66,7%). El elemento que escala o pacifica la conflictividad del país es la política, siendo un llamado de atención a los máximos representantes del país para que resuelvan sus diferencias. Se aprecia que los principales actores políticos que promueven la conflictividad son: Luis Fernando Camacho (92%), Evo Morales (83%), y los Comités Cívicos / Plataformas Ciudadanas (85%). En cambio los organismos internacionales son percibidos como actores que promueven el encuentro (46%).
Respecto a la expresidente Jeanine Añez, la mayoría de los encuestados apoya realizar un juicio de responsabilidades (70,9%) en la Asamblea Legislativa. No obstante, creen que los juicios actuales en su contra son persecución política (42,7%). El juicio de responsabilidades es un proceso jurisdiccional para sancionar las acciones de un presidente, pero no sucede por la nula predisposición política.
El 39,3% de los encuestados afirma que en la crisis del 2019 hubo fraude electoral frente a un 29,9% que cree que hubo golpe de estado, finalmente un 13,7% cree que sucedieron ambos acontecimientos. Dicho esto, sería prudente cerrar definitivamente esta cuestión por medio de un comité independiente que emita un informe o por cualquier otro mecanismo, pero hay un interés político en no cerrar el debate.
III. Reforma de la Justicia
Se percibe que la justicia no es independiente (79,5%) y que es muy importante que se la reforme (96,6%). Aunque se reconoce que el gobierno no tiene voluntad para la reforma (40,2%). También se apoya la iniciativa de un referendo constitucional para aprobar reformas en la justicia. Finalmente se cree que las autoridades judiciales deben ser elegidas por el órgano legislativo.
IV. Agenda Regional
El 49,6% cree que la autonomía departamental beneficia poco. Además, indican que en Bolivia existe una menor descentralización que antes (47%). El 34,2% está en desacuerdo con que el país sea un estado federal. La tendencia mayoritaria (55,6%) apoya que los departamentos más ricos cedan parte de sus recursos a los departamentos más pobres. Otra convergencia (49,6%) apoya a que los departamentos ganen o pierdan diputados según a la cantidad de población dada por el Censo.
V. Medios de Comunicación
Se confirma la tendencia de que los medios digitales (62,1%) son las principales fuentes de información, superando a periódicos (42,2%) y televisión (25%). El 71,6% apunta a que los medios de comunicación informan en función de su propia agenda e intereses, y que promueven el enfrentamiento (83,6%). También se considera que los medios de comunicación ejercen como actores políticos (85,3%). La percepción nacional e internacional sobre los medios de comunicación son coincidentes al observar que presentan algún grado de afinidad o tendencia política.
VI. Posicionamiento Sobre Líderes y Actores Políticos
En el periodo medido se observa que la gestión presidencial tiene un 47% de aprobación frente a un 43,5% de desaprobación. Por otro lado, la percepción de la gestión de la oposición política es cercana a pésima, que no sorprende por la inexistencia de un partido de oposición institucionalizado y que cuente con un apoyo sostenido en elecciones continuas.
Los políticos valorados positivamente son: David Choquehuanca (48%), Luis Arce Catacora (44%) y Eva Copa (43%). Y los políticos valorados negativamente son: Luis Fernando Camacho (89%), Evo Morales (77%), Samuel Doria Medina (66%) y Carlos Mesa (64%). Estos datos evidencian un mayor acuerdo en la valoración negativa a los actores políticos.
Conclusiones
El tema central del cuestionario, un tanto imperceptible, es la falta de actores políticos con peso específico. Actores que enriquezcan el debate, generen alternativas de políticas públicas o incidan en el fortalecimiento de las instituciones y democracia. Sin embargo, los partidos opositores son el resultado de la sumatoria de fuerzas para encarar las elecciones. Un oposición que recurre a los mismos métodos, actores políticos pasados o que utilizan la confrontación no podrá salir de ese ciclo de pesimismo.
No hay voluntad política (inmovilismo) para solventar las dificultades y conflictos políticos. Esta actitud puede responder a la necesidad de mantener el conflicto abierto o no resolver las cuestiones puesto que se generan más beneficios (relevancia política, persecución y debilitamiento de la oposición, sujeción institucional, entre otros) que si se cerrara el conflicto, se reformara la justicia, se iniciaran diálogos políticos, etc. En cierta medida, este punto es residual del primero ya que la lógica política actual dejará de ser relevante con mejores políticos.
Los actores políticos son castigados en la medida en que promueven la conflictividad, por el contrario son premiados si esquivan la conflictividad, o no se involucran en las discusiones. Sin embargo, el no participar en la conflictividad no significa resolver las dificultades latentes. Se evidencia una concordancia de apoyar a los actores políticos que promueven mejores actitudes sociales.
Los medios de comunicación son percibidos como actores que manejan una afinidad política, y que expresa un alineamiento con el accionar internacional. Sin embargo, esto no puede significar que los medios abandonen la objetividad por defender las posturas de aquellos con los que se encuentran en afinidad, ni tampoco encubrir o dejar de criticar sobre ciertos hechos probados. El pensamiento crítico y la reflexión deben primar.
Las cuestiones regionales no han alcanzado un mayor grado de discusión o profundización en el debate y que no existe el afán de atender esas demandas, y de manera concreta a las posturas políticas de partidos o regiones que son bastiones de la oposición al gobierno. En definitiva no han generado la repercusión buscada. En cambio, se evidencia cierto retroceso.
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