Uno de los mayores temores de una sociedad políticamente activa es el totalitarismo. Ese monstruo que aterra a todas las generaciones, sobre todo a las que atravesaron dictaduras con sus cánticos en contra de la bota militar, son las que en estos últimos años, ya con voces cansadas, vieron que la nueva forma de intentar generar una dictadura no es con armas, secuestros y campos de concentración. Ahora se sienten engañados con un gobierno que va mas de una década en el poder, cierto o no, con una democracia y padron electoral bastante resquebrajado y demacrado como aquellas obras que construyen con recursos públicos.
Se ha romantizando la corrupción con el “roba pero hace”, o más aún, entra a la política para solucionar tus problemas económicos o generar privilegios a tus allegados. Una corrección política que conceptualiza, con la juventud, que el socialismo es ser sociable, y que genera un antagonismo a la meritocracia con el compadrerio o clientelismo de bajo raleo. El fin único es obtener ventaja o recursos económicos.
La tradición ideológica que se formaba en las universidades publicas a nivel nacional ha sido reemplazada y enterrada. Con la recuperación de la democracia ya no existe derecha ni izquierda, nacionalismo revolucionario, neo liberalismo, federalismo o peor un movimiento socialista. El que dice lo contrario es acusado de no velar or los intereses nacionales o de progre.
Las campañas electorales se transformaron en discursos de buenas intenciones, bonos, ventajas de sectores y una sarta de promesas. Las mismas perdieron enaltacer ideologías, las cuales en lugar de prometer regalos proponían una gran causa. Socialistas con políticas de gobiernos capitalistas, diputados de derecha que se sienten socialistas, al igual que Galeano en su libro “Patas Arriba”. La realidad se torno en una canción de Ricardo Arjona. El pánico social que genera el populismo ha inclinado a los electores a prostituirse; un voto de una falsa conquista social en contra de un voto integro de ideales. Lamentablemente en la Bolivia democratica no podemos comer, pero el voto zurdo nos regala un bono de migajas del estado obeso.
Los ciudadanos de Bolivia, del que la prensa internacional se jacta de un desarrollo económico incomparable, ven con lastima las diferentes instituciones publicas; buscan nuevos lideres para expresar su apoyo, pero encuentran mas de lo mismo. Hallar a un rompe sistema o al menos oír a un outsider de la política, que asoma la cabeza al mundo político, es castigado vehementemente; por tan solo ingresar a un sector que ya todo esta decidido. Sea el oficialismo o la seudo oposición servil la igualdad ante la ley, la igualdad de oportunidades y el interés general quedaron a segundo plano, siendo la premisa saciarse lo máximo posible en una gestión de gobierno ya que tal vez no sea posible en la siguiente.
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